Los jefes militares republicanos deciden infiltrarse en territorio enemigo para raptar a la vaquilla para fastidiarles las fiestas, y de paso comérsela, que están muy necesitados de comida.
Dirigidos por el Brigada Castro (Alfredo Landa) y el Teniente Broseta (José Sacristán) forman la expedición que irá a por ella, jungo a Mariano (Guillermo Montesinos), un chico del pueblo que se conoce el terreno, Limeño (Santiago Ramos), que es un ex-torero, el encargado de matar a la vaquilla, y por un Cura (Carles Velat), que les puede ser válido por su condición de cara a tener que hablar con los fascista, que se supone que son muy religiosos. Un sastre homosexual, la Piporra (Francisco Valdivia), es el encargado de hacerles los trajes militares fascistas, y de entretener a los soldados que hacen guardia en las trincheras, para que ellos puedan pasar.
Mariano, queriendo ver las tierras que iba a heredar cuando se casara con Guadalupe, les hace dar un rodeo, eso hace que pierdan mucho tiempo y no llegan a matar y descuartizar a la vaquilla antes de que empiece el encierro. Durante el intento Castro recibe una «cornada», que al final resulta ser un rasguño. Al iniciarse el encierro tienen que salir corriendo delante de la vaquilla, y acaban bañándose en el río junto a tropas nacionales.
Cuando llegan al pueblo, van a casa de la suegra de Mariano, y allí encuentran a su marido escondido. Empiezan los líos, cuando aparece un Alferez que corteja a Guadalupe, y al que su madre le lava y plancha la ropa.
Limeño se encuentra con un antiguo compañero de faena, y acaba acompañándolo en la plaza de toros, y triunfando.